martes, 11 de septiembre de 2012

Recordando cines: Rex

Junto a La Casa del Chavo, el Gran Teatro y la actual AEAT
 
El cine Rex se encontraba en la Avenida Calvo Sotelo, al lado de la Tesorería de la Seguridad Social  conocida comúnmente por la Casa del Chavo (por la moneda de 10 céntimos, 1 chavo, que pagaban en su día los obreros como cuota a la Seguridad Social).

Lo que luego sería el Rex, nació como Gran Teatro en 1923, con una fachada repleta de ramilletes, bustos que surgían de medallones y detalles recargados, y se dedicaba principalmente a la zarzuela. En 1924, como el público se decantaba más por el cine, pasó a llamarse Gran Cinematógrafo. Fue el cine más reticente en abandonar el cine mudo, que acompañaban con violín, piano y violonchelo.

En 1943, el Gran Cinematógrafo pasaba por una mala situación y se hizo cargo de él la familia Pechuán, que encargó una cambio de estilo al arquitecto Javier Goerlich. Sólo se le hicieron dos recomendaciones: belleza y lujo. A partir de 1945, ya con el nombre de Rex y decorado por Arturo Boix con tintes neobarrocos, se convirtió en uno de los cines más lujosos y emblemáticos de Valencia, con capacidad para 1466 personas.

En el hall se intaló una impresionante lámpara fabricada por Mariner (en la Calle Jesús) que se decía que era una réplica de la de "El fantasma de la Ópera" de Arthur Lubin, aunque a mi siempre me impresionó más el suelo del vestíbulo, de marmol blanco y negro, que formaba el dibujo de una rosa de los vientos.

Dicen que en aquella época, en el Rex se hacían los estrenos de alto copete en Valencia, de esos a los que la gente iba con traje de noche. No sé hasta que punto es cierto o una exageración, pero lo que sí que es verdad es que cuando se estrenó por fin "Lo que el viento se llevó" en Valencia, en 1949, casi 10 años después de su año de producción, lo hizo en el Rex.

La última vez que fui allí fue en 1992. Vimos "Héroe por accidente", una comedia con ciertos toques agridulces protagonizada por Dustin Hoffman, Andy García y Geena Davis. No disfrutamos demasiado la película, porque en el edificio colindante estaban de obras y se oían ruidos continuamente. Comentamos que sería conveniente no frecuentar el Rex, hasta que los obreros no terminasen su trabajo. Es ese momento, no sabíamos que cerraría sus puertas poco después, en 1993.

Aunque durante un tiempo, se insistió en la necesidad de respetar la fachada, al final no se hizo nada al respecto. A día de hoy, el emplazamiento del Rex lo ocupa un bloque de cemento y cristal, al que yo no encuentro ningún encanto, y que no pega ni con cola con el resto de edificios de la manzana, ocupado por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria.

De la famosa lámpara nada se sabe. Se rumorea que como no sabían que hacer con ella, llamaron a Mariner, por si se querían hacer cargo, pero que no la quisieron. Supongo que pensaron que, como el Rex,  ya no estaba de moda.

2 comentarios:

  1. Es lamentable y triste que no se respeten estos edificios tan impresionantes aunque sea para darles otro uso... ¿Quién se atreve a comparar algo tan simple en diseño y con tan poca personalidad como los Kinépolis con todos aquellos viejos cines?
    Sólo recuerdo haber estado allí viendo el "Drácula" de Coppola en su estreno, enero del 93... Eso sí: me gustó tanto que volví a verla otra vez en el Rex...

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  2. Pues también te vino justo, como a mí, porque le quedaban ya dos telediarios. Una verdadera lástima.

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