domingo, 9 de septiembre de 2012

Canciones de cine: I say a little pray (for you)

Julia Roberts y Rupert Everett en "La boda de mi mejor amigo" (1997)


Hoy, por petición popular, tenemos en el apartado canciones de cine, “I say a little pray (for you)” de "La boda de mi mejor amigo" (P.J. Hogan, 1997). Se trata de una canción de 1967 compuesta por Burt Bacharad y Hal David, que en su momento popularizó Dionne Warwick, aunque también fue muy conocida la versión que hizo Aretha Franklin en 1968.

“La boda de mi mejor amigo” es una comedia romántica muy divertida que da exactamente lo que promete. A sus 27 años (ya sabéis como son los yanquis con esto de las edades, que no se las creen ni ellos), Julianne Potter (Julia Roberts) es una cínica crítica gastronómica neoyorkina que se encuentra muy a gusto con su soltería, hasta que su mejor amigo y antiguo ligue fallido, Michael O´Neal le comnunica que va a casarse con Beverly Wallace (Cameron Diaz). Entonces, descubre que siempre ha estado enamorada de Michael y lía a su editor y amigo George (Rupert Everett) para que le ayude a evitar la boda.

En la escena que nos ocupa, George (que es gay) se ha visto obligado por Julianne a hacerse pasar por su prometido delante de Michael, Kimberly y la familia de esta última. Durante la comida, en un restaurante donde sirven marisco unos camareros disfrazados de langosta (atención al vídeo porque los camareros no tienen desperdicio), cuando le preguntan como se conocieron, decide vengarse de Julianne y contar una envesada historia que la haga quedar en evidencia: Julianne hizo una mala crítica de un chef que debido a ello se volvió loco y se conocieron en el psiquiátrico, donde George había ido a visitar a un conocido que se creía Dionne Warwick (por cierto, tía de la desaparecida Whitney Houston), y que al verla, comenzó a cantar la canción, que es inmediatamente coreada por el resto de asistentes a la comida.

Esta escena, en apariencia sencilla, fue un suplicio de rodar. Tardaron 16 días y acabaron todos hasta el gorro de tanta toma, porque por lo visto fue complicadísimo coordinarlos correctamente a todos. La escena se rodó en un restaurante de San Francisco, en el que por supuesto los camareros no acostumbraban a disfrazarse de langostas. De hecho, era una respetable marisquería que llevaba  más de 100 años abierta y que en el momento del rodaje estaba a punto de quebrar. Cerró después de finalizado el rodaje y antes de que la película se estrenase.

Después del estreno, la escena se convirtió en mítica para los fans de la película y muchos de ellos quisieron acudir allí. Desgraciadamente, y como casi siempre, ya era demasiado tarde: el restaurante ya no existía.


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